sábado, 28 de enero de 2012

El corazón perdido

Para la sesión del club de lectura de ayer, llevé el audio del cuento de Emilia Pardo Bazán, gallega ilustre donde las haya, además de copias en papel, y una breves referencias a los soportes por los que había viajado el cuento. No resistí a la tentación de llevarles su libro de cocina , una de mis mayores debilidades, incluyendo el prólogo.Toda una declaración de principios.

Llegué a la cárcel, me dejaron meter el portátil,- nunca se cómo va a ir esto de las autorizaciones, cada persona tiene su criterio-, entré en el módulo, y después de los saludos habituales, nos fuimos al aula de los ordenadores.Allí, y en torno al ordenador, escuchamos El corazón perdido. Algunas seguían también el texto impreso, y otras preferimos dejarnos llevar por esa ciudad de búsquedas y emociones.

-Aquí en el módulo sí que hay corazones perdidos en el suelo, corazones pisoteados, injuriados, abandonados, tristes...
- ¡Qué emocionante! esto de escuchar me encanta, de verdad, no me hace falta saber leer.
- Si puedes otro día, me gustaría leerlo en alemán.
-Y la niña enriquecida con dos corazones...yo me la  imagino como  una mujer que se atreve a amar, que cree en la vida, en las emociones, que no es indiferente al dolor, que sufre con los que sufren; es una imagen de la mujer nueva.
-¿Habrá alguna de esas por el mundo?
-Pues yo creo que sí, que alguna hay por las calles.
-Y en el módulo, alguna compañera hay que recoge los corazones perdidos y pisoteados, pero somos las presas...no hay nadie más que se preocupe, aquí nos pasa algo y nadie se entera...Cada día que pasa las mujeres estamos peor.
- Antes creíamos que era porque eran hombres los que llevaban esto, y ahora son mujeres y es peor...es como en el cuento. Están muy bien representadas.
Y seguimos y seguimos con las emociones de la niña, lo que suscitó una gran curiosidad por la autora, y de ahí, a su libro de cocina; claro, y no me pude resistir a la tentación de leerles un fragmento del prólogo.Cuanto más lo leo, más me ilumina esta mujer que supo cambiar el rumbo de las corrientes feministas europeas, por los fogones de las mujeres gallegas, recopilando recetas y dignificando su cultura.¡Vaya mujer!
- Es  lo mismito que hace mi abuela -decía A. mientras leía partes del libro.
-¡Hummm..! ¡Qué rico!
El próximo día, más. Y procuraré traer la traducción en alemán.

Se nos pasó la tarde, llegó Montse y con el salero que tiene se puso a repiquetear las teclas del  ordenadorín, como le llama ella .
-¡Me encanta, qué guay! este es como el que vamos a tener Pamela y yo..¿no?
- Sí ¡claro!
-Bueno, espera a que "nos los autoricen..."

Y como no podía ser de otra manera, del cuento pasamos a la realidad de la mujeres en esta cárcel. Pero como decidimos venir lloradas al blog, nos escuchamos, y recogemos algunos trozos de  los corazones perdidos que hay pisoteados por el módulo 10.

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